Lewis Hamilton y George Russell pasaron del quinto al tercer lugar y del octavo al sexto después de que la carrera se reanudara tras una bandera roja causada por un accidente en la primera curva de la primera vuelta. Sin embargo, su rendimiento se vio afectado por problemas de degradación, lo que los llevó a hacer paradas en boxes antes que el resto. Esto resultó en una caída al final del top 10, con Hamilton terminando octavo y Russell abandonando 12 vueltas antes del final debido al sobrecalentamiento de su motor.
El director del equipo, Toto Wolff, expresó su decepción por el rendimiento del equipo y calificó la actuación del coche como «horrible» después de haber logrado un segundo lugar en la carrera anterior. Señaló que el rendimiento del coche demostró la necesidad de un mejor desarrollo para el próximo año, ya que no podía permitirse que un coche tan rápido terminara tan abajo en la clasificación.
Wolff también reconoció una falta de velocidad en recta y problemas para tomar las curvas con un alerón trasero más grande, lo que contribuyó a la degradación de los neumáticos. A pesar de esto, lamentó la actuación del equipo en los fines de semana de carreras al sprint y reconoció que algo había salido mal.
Además, se mostró arrepentido ante los pilotos por hacerlos conducir un coche que calificó como «miserable». Concluyó enfatizando la necesidad de trabajar en el desarrollo del coche para asegurar un mejor rendimiento en el futuro.
